Los miedos y comportamientos evolutivos en los niños son aquellos que se dan en determinada etapa del desarrollo y aunque a veces el niño o niña manifiesta unos u otros, son perfectamente normales y a menudo necesarios para su correcto desarrollo. No obstante, muchos de estos comportamientos o miedos pueden alarmar a los padres, pues en apariencia se desvían de las normas sociales y a menudo causan sufrimiento. Las rabietas en el niño son un claro ejemplo de estos comportamientos pues son necesarias para el correcto desarrollo social, pero preocupan a muchos padres y madres porque asocian estas rabietas a problemas de comportamiento en el niño o bien infieren un importante sufrimiento en sus hijos. Otros ejemplos los encontramos en el miedo intenso hacia un determinado estímulo que se confunde con el inicio de una fobia en el niño (p.e miedo a la oscuridad o a insectos), en hábitos (p.e la dificultad en poner fin al colecho al no querer dormir solos) e incluso en el desarrollo de funciones cognitivas (p.e la tartamudez evolutiva durante las fases de adquisición del habla). En las siguientes publicaciones repasaremos información importante en aquellas situaciones más frecuentes para la etapa evolutiva del niño.
Ahora bien, si son normales, ¿cuándo y por qué consultar con un psicólogo o psicóloga infantil? Precisamente porque los miedos y comportamientos evolutivos son normales, desde el equipo de Mentalment recomendamos que se solicite cita u orientación con un psicólogo o psicóloga infantil en caso de duda o preocupación. Si la duda hace que se note cierta tensión en la relación con el niño o niña, o en general, en el funcionamiento de la familia (muchas correcciones, intentos de cambiar el comportamiento, etc.). A continuación detallamos ventajas de pedir cita con un psicólogo infantil para simplemente analizar, y en algunas situaciones, modificar estos comportamientos:
- A menudo los padres desean cambiar estos comportamientos y ejecutan consecuencias que pueden afectar a las dinámicas y al desarrollo del autoconcepto en los niños. Son comportamientos que si no intervenimos, se resolverán de modo espontáneo. Por ello, identificar qué comportamientos son normales y conocer las razones de su carácter evolutivo con ayuda de los conocimientos en psicología del desarrollo, permite evitar situaciones tensas en la educación. Esto es relevante porque estas dinámicas tensas sí pueden derivar en comportamientos o emociones disfuncionales en el niño o en la niña o afectar a la relación entre estos y sus padres por enfados frecuentes e innecesarios.
- En relación a lo anterior, discriminar los comportamientos o miedos evolutivos de los disfuncionales, permite prevenir trastornos del comportamiento o trastornos de ansiedad y estado de ánimo en el niño. Esta prevención es posible tanto si intervenimos sobre un comportamiento sobre el que no deberíamos intervenir, como si no lo hacemos ante emociones o comportamientos disfuncionales que sí son susceptibles de tratar mediante la intervención de un psicólogo infantil, evitando así que derive en problemas psicológicos de mayor gravedad.
- Aunque sean emociones y comportamientos normales, no significa que no puedan modularse si es preciso. Si el psicólogo infantil identifica que aunque sean comportamientos normales, están afectando en determinada área (p.e en la adaptación con sus compañeros de clase, en el bienestar de un hermano/a, etc.) o generan mucho sufrimiento, podemos intervenir de modo que reduzcamos su frecuencia, intensidad y/o duración. No obstante, el modo de intervenir en este tipo de comportamientos debe tener en cuenta las razones y contextos que motivan su cambio. En este sentido, las pautas se orientan teniendo en consideración que no afecten a otras áreas del desarrollo o del funcionamiento familiar.
Un buen psicólogo infantil sabrá identificar qué comportamientos son evolutivos y normales y qué comportamientos son problemáticos por otra índole. Además, un buen psicólogo infantil no alargará la intervención ante comportamientos normales, limitándose a informar y asesorar a los padres mediante sesiones de psicoeducación, siendo suficientes pocas sesiones y generalmente espaciadas en el tiempo.
Por tanto, la intervención del psicólogo en este contexto generalmente no se basa en un tratamiento con el niño, sino una breve orientación psicológica con los padres o educadores, e incluso en coordinación con profesionales del colegio o de la escoleta del menor, si ese es el contexto que preocupa.
Si deseas consultar con un psicólogo infantil en Palma de Mallorca por comportamientos que no sabes si son normales en el niño o niña, puedes contactar con el equipo de Mentalment. Te orientaremos para conocer la naturaleza de los comportamientos en el niño que son motivo de consulta o preocupación, y en su caso, proporcionaremos pautas para modificarlos, adaptadas al funcionamiento de cada familia.